Analizamos hoy una de las comparsas que más guerra vienen dando en estos últimos años. La Comparsa de Germán García, actual octavilla de Mejó no Salgo y presente en agrupaciones de la talla de Araka la Kana o la Voluntad para los Artistas, volvió a demostrar que tiene un futuro muy esperanzador.
Si ya Los Niños del Barrio eran trasgresores, más aún lo son estos Hitlers de la sociedad actual. El tipo está ambientado en el film El Gran Dictador, lo que se comprueba desde los primeros compases de la presentación. La música es oscura, bastante extraña, pero muy acorde a la idea que llevan. La interpretación es bastante buena, respetando la particular personalidad del dictador. De letras, ni un pero: "Sesenta años sin el reino de mi estirpe, aunque ya te ha quedado claro, nunca terminé de irme", finalizan.
El problema de la música vuelve a aparecer antes del trío del pasodoble. Aunque esté intencionada, no termina de enganchar. Suerte que lanzan dos mensajes contundentes, duros y con mucha personalidad. El primero de denuncia social a Valcárcel, que reivindican como "patrimonio de los niños caleteros".
El segundo, pura ironía que acaba siendo una crítica feroz contra la hipocresía de sus propios compañeros de concurso. Muy afinadito el grupo, este año con la prodigiosa voz del autor en sus filas.
Pinchan en los cuplés, bastante flojos. El estribillo es muy chirigotero, "o paso este año, o lo quemo tó" sentencian. La mejor pieza de la agrupación llega con el popurrí. Una constante crítica al sistema dominante. Empiezan con la política, después la situación palestino-israelí, para continuar con la prensa y una llamada de conciencia a la ciudadanía. La música, una vez más, no termina de atrapar.
Comparsa muy reivindicativa y original. La falta de musicalidad les puede privar de un merecido pase a cuartos. Logren el pase o no, las buenas sensaciones ya las han dejado. Agrupación con mucho futuro.
Pd: Fotografía de Diario Bahía de Cádiz.
Si ya Los Niños del Barrio eran trasgresores, más aún lo son estos Hitlers de la sociedad actual. El tipo está ambientado en el film El Gran Dictador, lo que se comprueba desde los primeros compases de la presentación. La música es oscura, bastante extraña, pero muy acorde a la idea que llevan. La interpretación es bastante buena, respetando la particular personalidad del dictador. De letras, ni un pero: "Sesenta años sin el reino de mi estirpe, aunque ya te ha quedado claro, nunca terminé de irme", finalizan.
El problema de la música vuelve a aparecer antes del trío del pasodoble. Aunque esté intencionada, no termina de enganchar. Suerte que lanzan dos mensajes contundentes, duros y con mucha personalidad. El primero de denuncia social a Valcárcel, que reivindican como "patrimonio de los niños caleteros".
El segundo, pura ironía que acaba siendo una crítica feroz contra la hipocresía de sus propios compañeros de concurso. Muy afinadito el grupo, este año con la prodigiosa voz del autor en sus filas.
Pinchan en los cuplés, bastante flojos. El estribillo es muy chirigotero, "o paso este año, o lo quemo tó" sentencian. La mejor pieza de la agrupación llega con el popurrí. Una constante crítica al sistema dominante. Empiezan con la política, después la situación palestino-israelí, para continuar con la prensa y una llamada de conciencia a la ciudadanía. La música, una vez más, no termina de atrapar.
Comparsa muy reivindicativa y original. La falta de musicalidad les puede privar de un merecido pase a cuartos. Logren el pase o no, las buenas sensaciones ya las han dejado. Agrupación con mucho futuro.
Pd: Fotografía de Diario Bahía de Cádiz.
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