Así se llamó la chirigota proveniente de la Línea de la Concepción, con letra y música de los hermanos Morales Ortega. Idea sencilla: son turistas que llegan a un hotel de Punta Cana de vacaciones, con sus pulseritas del “todo incluido”. Tuvieron la mala suerte de cantar tras el descanso, no consiguieron llegar al público desde primera hora.
Se presentan estos chirigoteros con la fachada de su hotel al fondo: cuentan los problemillas en el aeropuerto con las maletas, el volcán y su nube de humo…al llegar, se colocan atavíos hawaianos y un componente aparece vestido de hawaiana para deleitarnos con su baile. Graciosa presentación, pero no tienen muy buenos puntos.
Pasodobles bien cantados, con letras discretas. Es curioso el pito de caña, que es la pajita de un coco. El primero para los controladores aéreos, regular; el segundo a Cádiz, donde defienden que pasearán el nombre de la Tacita por donde quiera que vayan, a pesar de ser de La Línea. Mejor el segundo, aunque la letra no es ninguna maravilla.
Cuplés para Los Cristalitos- que resulta que están de moda en las discotecas- y para el pulpo Paul, que su hermana quiere tener un hijo. Prometían en el comienzo pero mal rematados. En el estribillo “se fuman el cigarrito donde les da la gana”.
En el popurrí más de lo mismo. Algunos detalles buenos haciendo alusión al tipo, pero poco más. La verdad es que la idea era buena, podrían haberle sacado más partido al tipo. La interpretación es lo mejor que tienen, letras y música flojitas. Chirigota discreta, de preliminares.
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