Nos centramos en un primer premio antológico, de esos que ganan la batalla al tiempo. Corría el año 1997, un año completo en comparsas y chirigotas. Desde preliminares, De Plaza en Plaza, del Yuyu y Kadi City, de Juan Carlos Aragón, eran los favoritos. Eran pelotazos, que acabarían quedando como grandes cajonazos de la historia reciente del Carnaval de Cádiz.
Sin embargo, aquel año ya le tocaba el turno de la gloria a Juan Manuel Braza "El Sheriff". Su grupo de gospel internacional, su cara negra y su culo respingón arrancaban la carcajada con su sola presencia física. El tipo era simple, pero ingenioso. En años posteriores habría muchas agrupaciones que imitarían esta idea de coral religiosa.
Con Los Aleluyas, el Sheriff empezó una etapa nueva en su trayectoria, que le aseguró multitud de éxitos hasta la actualidad. Como comentó en una entrevista, hasta ese año sólo hacía las letras de sus chirigotas. En 1997 partió con su grupo anterior y formó uno con gente que venía de juveniles. Hizo por primera vez el repertorio musical de una chirigota, y escalaron al primer premio con contundencia.
Más allá de la gran dosis de humor y poca vergüenza que demuestra la chirigota desde su presentación, la agrupación contaba con componentes que, a la postre, serían reconocidos comparsitas: Careca, Bubu, o el hermano mayor de los hermanos Trujillo. También ese año se incorporó el Lulu, estandarte de la chirigota junto al autor.
De la agrupación, no se puede destacar ninguna pieza. Era un repertorio redondo, caracterizado por su ritmo vertiginoso y su gran selección musical en el popurrí. Todo, menos algunos pasodobles, iba al tipo. Probablemente, los dos cuplés de la final ayudaron a la chirigota a superar en más de 30 puntos en la clasificación final a la Banda de Música de Cagarrutas del Monte, del Selu.
También es de resaltar el estribillo. Ese "Aleluya aleluya, po cógela que es tuya" quedó para la posteridad. La interpretación del Sheriff, con un estilo 100% americano, también lo hizo.
Una chirigota por lo general rompedora, que creó un estilo que aún perdura en el autor y que ratificó el talento que ya había demostrado Juanma con Caiman, en 1994. Habrá que esperar al 3 de febrero para ver si los scouts de De tienda en tienda, pueden volver a repetir la hazaña.
Sin embargo, aquel año ya le tocaba el turno de la gloria a Juan Manuel Braza "El Sheriff". Su grupo de gospel internacional, su cara negra y su culo respingón arrancaban la carcajada con su sola presencia física. El tipo era simple, pero ingenioso. En años posteriores habría muchas agrupaciones que imitarían esta idea de coral religiosa.
Con Los Aleluyas, el Sheriff empezó una etapa nueva en su trayectoria, que le aseguró multitud de éxitos hasta la actualidad. Como comentó en una entrevista, hasta ese año sólo hacía las letras de sus chirigotas. En 1997 partió con su grupo anterior y formó uno con gente que venía de juveniles. Hizo por primera vez el repertorio musical de una chirigota, y escalaron al primer premio con contundencia.
Más allá de la gran dosis de humor y poca vergüenza que demuestra la chirigota desde su presentación, la agrupación contaba con componentes que, a la postre, serían reconocidos comparsitas: Careca, Bubu, o el hermano mayor de los hermanos Trujillo. También ese año se incorporó el Lulu, estandarte de la chirigota junto al autor.
De la agrupación, no se puede destacar ninguna pieza. Era un repertorio redondo, caracterizado por su ritmo vertiginoso y su gran selección musical en el popurrí. Todo, menos algunos pasodobles, iba al tipo. Probablemente, los dos cuplés de la final ayudaron a la chirigota a superar en más de 30 puntos en la clasificación final a la Banda de Música de Cagarrutas del Monte, del Selu.
También es de resaltar el estribillo. Ese "Aleluya aleluya, po cógela que es tuya" quedó para la posteridad. La interpretación del Sheriff, con un estilo 100% americano, también lo hizo.
Una chirigota por lo general rompedora, que creó un estilo que aún perdura en el autor y que ratificó el talento que ya había demostrado Juanma con Caiman, en 1994. Habrá que esperar al 3 de febrero para ver si los scouts de De tienda en tienda, pueden volver a repetir la hazaña.
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