Ahora que llegamos a la Feria de Abril es menester recordar la agrupación que quizás recuerde más al evento sevillano. Con un grupo de Puerto Real, el Libi se atrevió a llevar al Falla un tipo de sevillanitos de pro: pijos, enchaquetados y muy sosainas. Todo ello enmarcado con un forillo que recuerda a las calles de la Feria hispalense. Obviamente, la chirigota creó polémica desde su primer pase, pues desafiaba de lleno a la capital vecina.
Aunque la letra es del Libi, la música es de José M. Martínez Pérez y la dirección de Javier de la Marina. En la primera fila también aparece el afamado Javi Bohórquez que, al año siguiente, recalaría junto con el propio Libi, en Las Ruinas Romanas de Juan Carlos Aragón.
Sobredosis de poca vergüenza en la presentación. Comienza con música de sevillana, y mucha ironía hacia el sevillano. "Que calor hace allí (en Sevilla), qué fresquito aquí (en Cádiz)" finalizan ya a ritmo chirigotero.
Lo más polémico del repertorio fueron sin duda los pasodobles. El Libi, como siempre, sin pelo alguno en la lengua. En clave humorística, cuentan la historia de Manuela y su menopausia. Pero también atacan la idiosincrasia del sevillano o se acuerdan de la retirada de Indurain. No está nada mal la música.
Sigue la ironía en los cuplés, bastante buenos. Al rey Gaspar de la Cabalgata de ese año (Julio Pardo), o a Jesulín de Ubrique le cantan. Duro el estribillo: "Dicen que el tipo es soso, pero a ver quién ha visto a un sevillano que sea gracioso".
Un año de 1997 muy rendido en chirigotas, estos sevillanitos tuvieron que conformarse con una 7º plaza tras varios cajonazos como Kadi City o De Plaza en Plaza.
La chirigota se desinfla en el popurrí, que también empieza con música de sevillana. Sin embargo, el ingenio para criticar haciendo reír se pierde ligeramente. Y tampoco tiene continuidad: se pasa de una cuarteta a las casapuertas de Cádiz a una sobre Aznar.
La intención de esta chirigota tiene un alto componente chauvinista y polémico. Pero el resultado gustó mucho en Cádiz (no tanto en Sevilla) y el Libi y los suyos estuvieron a punto de colarse en la final.
Aunque la letra es del Libi, la música es de José M. Martínez Pérez y la dirección de Javier de la Marina. En la primera fila también aparece el afamado Javi Bohórquez que, al año siguiente, recalaría junto con el propio Libi, en Las Ruinas Romanas de Juan Carlos Aragón.
Sobredosis de poca vergüenza en la presentación. Comienza con música de sevillana, y mucha ironía hacia el sevillano. "Que calor hace allí (en Sevilla), qué fresquito aquí (en Cádiz)" finalizan ya a ritmo chirigotero.
Lo más polémico del repertorio fueron sin duda los pasodobles. El Libi, como siempre, sin pelo alguno en la lengua. En clave humorística, cuentan la historia de Manuela y su menopausia. Pero también atacan la idiosincrasia del sevillano o se acuerdan de la retirada de Indurain. No está nada mal la música.
Sigue la ironía en los cuplés, bastante buenos. Al rey Gaspar de la Cabalgata de ese año (Julio Pardo), o a Jesulín de Ubrique le cantan. Duro el estribillo: "Dicen que el tipo es soso, pero a ver quién ha visto a un sevillano que sea gracioso".
Un año de 1997 muy rendido en chirigotas, estos sevillanitos tuvieron que conformarse con una 7º plaza tras varios cajonazos como Kadi City o De Plaza en Plaza.
La chirigota se desinfla en el popurrí, que también empieza con música de sevillana. Sin embargo, el ingenio para criticar haciendo reír se pierde ligeramente. Y tampoco tiene continuidad: se pasa de una cuarteta a las casapuertas de Cádiz a una sobre Aznar.
La intención de esta chirigota tiene un alto componente chauvinista y polémico. Pero el resultado gustó mucho en Cádiz (no tanto en Sevilla) y el Libi y los suyos estuvieron a punto de colarse en la final.