Salía ayer a escena la comparsa portuense de Raúl Villanueva, este año, bajo el tipo 'La Carnavalera'. Buena la puesta en escena de una comparsa que en años anteriores fue 'El Ejército de Cai' o ' El escondite del viento'. La carnavalera es una tienda de Carnaval, con muchos detalles chirigoteros en el disfraz.
Cantan muy suave la presentación, de acuerdo con la música, muy dulce. En ella dicen que en su rincón podrán encontrar "lo que quieras, lo que nunca imaginó". Mejoran su afinación con respecto a otros carnavales, pero aún así tienen pequeños problemas de interpretación.
Bonitos también los pasodobles, introducidos por un punteado espectacular, de los mejores que se han visto en el concurso. El pasodoble tiene un ritmo decreciente, acabando por abajo, todo un riesgo que asumen con bastante certeza. Primera letras al hermanamiento, según ellos interesado, de los Ayuntamientos del Puerto y Cádiz con las fiestas de ambas localidades. Menos calidad en el segundo, muy triste, demasiado, a un niño enfermo.
Sorprenden también en los cuplés, con bastante nivel para hablar de comparsas, una modalidad donde esta pieza no suele tener mucho carisma. A los negocios de los chinos y a uno de la tienda, que se come al Canijo vestido de pera y se queda con hambre Normalito el estribillo, bien interpretado, eso sí: "lo que busca usted lo podrá tener, peor ha de saber que el cariño de mi gente ni a los mejores clientes se lo podría vender".
Cierran una completa actuación con un popurrí más que decente, donde repasan, con toques de humor muy conseguidos, las anécdotas que viven en su tienda con los diferentes personajes que entran en ella. Cada personaje, identificable en el mundo del carnaval, se lleva sus tiritos.
Buena comparsa la del Puerto Santa María, si no logran superar la criba de cuartos, habrán dejado al menos una buena sensación en el concurso gaditano. Y, lo que es más importante, han demostrado que mejoran el nivel año tras año.
Cantan muy suave la presentación, de acuerdo con la música, muy dulce. En ella dicen que en su rincón podrán encontrar "lo que quieras, lo que nunca imaginó". Mejoran su afinación con respecto a otros carnavales, pero aún así tienen pequeños problemas de interpretación.
Bonitos también los pasodobles, introducidos por un punteado espectacular, de los mejores que se han visto en el concurso. El pasodoble tiene un ritmo decreciente, acabando por abajo, todo un riesgo que asumen con bastante certeza. Primera letras al hermanamiento, según ellos interesado, de los Ayuntamientos del Puerto y Cádiz con las fiestas de ambas localidades. Menos calidad en el segundo, muy triste, demasiado, a un niño enfermo.
Sorprenden también en los cuplés, con bastante nivel para hablar de comparsas, una modalidad donde esta pieza no suele tener mucho carisma. A los negocios de los chinos y a uno de la tienda, que se come al Canijo vestido de pera y se queda con hambre Normalito el estribillo, bien interpretado, eso sí: "lo que busca usted lo podrá tener, peor ha de saber que el cariño de mi gente ni a los mejores clientes se lo podría vender".
Cierran una completa actuación con un popurrí más que decente, donde repasan, con toques de humor muy conseguidos, las anécdotas que viven en su tienda con los diferentes personajes que entran en ella. Cada personaje, identificable en el mundo del carnaval, se lleva sus tiritos.
Buena comparsa la del Puerto Santa María, si no logran superar la criba de cuartos, habrán dejado al menos una buena sensación en el concurso gaditano. Y, lo que es más importante, han demostrado que mejoran el nivel año tras año.
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