Poco hay que decir de este cuarteto. Apostamos por él como la gran mayoría de los aficionados. El Morera sigue innovando en la modalidad y ya se ha convertido todo un histórico del cuarteto. Tras tres primeros premios consecutivos (y una descalificación que podría haber sido otro primero), este año el cuarteto mantiene su calidad.
De nuevo es un personaje, en este caso doble, el que protagoniza buena parte de la acción: los siameses. Le sacan todo el partido a la unión de estos hermanos de la mafia. Como suele ser habitual, la historia en sí es lo de menos (una imitación del Padrino y poco más), ya que suelen primar las interpretaciones, de verdaderos artistas.
En los primeros pases, la poca vergüenza de los componentes estuvo por encima del texto, algo falto de humor y por supuesto de rima. Sin embargo, ha sido de las mejores parodias que este cuarteto ha traído al concurso. El tema libre, con la aparición de un miembro de Los Santos, fue simplemente genial.
En cuartos fue al contrario, participaron más el resto de los personajes, cosa que se agradece y no jugaron tanto con los siameses. El resultado fue un mejor texto, pero menos toques de humor en las interpretaciones. Aún así, siguieron estando a la cabeza de todas las quinielas.
En semifinales, con el investigador, el coche y el juego de ajedrez, el repertorio volvió a ser completísimo, con infinidad de detalles de cómicos y un cierto avance en la trama planteada el primer día. No hay que olvidar que los cuplés han tenido un nivel aceptable y el estribillo es de los mejores de los últimos años en cuarteto.
Puede que el cuarteto del Morera no tenga el gaditanismo de otros. Ni use la rima, ni juegue con el doble sentido tan brillantemente como hace el del Gago, por ejemplo. Puede que no sea el cuarteto que todos estaban acostumbrado a ver. Pero el resultado final, es una carcajada tras otra y eso, en esta modalidad, está por encima de todos los aspectos.
Los que cogieron al mono Amedio y lo quitaron de en medio deberían alzarse, un año más, con el máximo galardón. Pues no se afianzan en el éxito, sino que cada año, Morera y los suyos, siguen exprimiendo su privilegiado ingenio cuartetero.
De nuevo es un personaje, en este caso doble, el que protagoniza buena parte de la acción: los siameses. Le sacan todo el partido a la unión de estos hermanos de la mafia. Como suele ser habitual, la historia en sí es lo de menos (una imitación del Padrino y poco más), ya que suelen primar las interpretaciones, de verdaderos artistas.
En los primeros pases, la poca vergüenza de los componentes estuvo por encima del texto, algo falto de humor y por supuesto de rima. Sin embargo, ha sido de las mejores parodias que este cuarteto ha traído al concurso. El tema libre, con la aparición de un miembro de Los Santos, fue simplemente genial.
En cuartos fue al contrario, participaron más el resto de los personajes, cosa que se agradece y no jugaron tanto con los siameses. El resultado fue un mejor texto, pero menos toques de humor en las interpretaciones. Aún así, siguieron estando a la cabeza de todas las quinielas.
En semifinales, con el investigador, el coche y el juego de ajedrez, el repertorio volvió a ser completísimo, con infinidad de detalles de cómicos y un cierto avance en la trama planteada el primer día. No hay que olvidar que los cuplés han tenido un nivel aceptable y el estribillo es de los mejores de los últimos años en cuarteto.
Puede que el cuarteto del Morera no tenga el gaditanismo de otros. Ni use la rima, ni juegue con el doble sentido tan brillantemente como hace el del Gago, por ejemplo. Puede que no sea el cuarteto que todos estaban acostumbrado a ver. Pero el resultado final, es una carcajada tras otra y eso, en esta modalidad, está por encima de todos los aspectos.
Los que cogieron al mono Amedio y lo quitaron de en medio deberían alzarse, un año más, con el máximo galardón. Pues no se afianzan en el éxito, sino que cada año, Morera y los suyos, siguen exprimiendo su privilegiado ingenio cuartetero.
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