martes, 28 de junio de 2011

Vota PICHA

En estos tiempos de indignación contra la clase política resulta pertinente centrarnos en uno de los autores que con más rebeldía la critican, y en una chirigota creada a medida para hacerlo. Esta de 2002 sería la última chirigota que sacara Juan Carlos Aragón con autoría completa hasta la de este año, Los Anteayesterday.

Con tipo de políticos, estrados y periodistas incluidos, esta chirigota venía a representar lo que los manifestantes del 15M gritan hoy día: "no nos representan". Más bien, y viendo la caracterización del forillo, cabría decir "PSOE, PP, la misma mierda es". La presentación tiene un gran tono irónico, con un humor muy característico pero que, sin embargo, no arranca la carcajada. Eso sí, la interpretación es de diez.

De los pasodobles de Aragón, poco se puede decir musicalmente salvo que son magistrales. La presencia de, a la postre, varios comparsitas en la agrupación (Javi Bohorquez, Salvi, entre otros), le da un toque más melódico. De letras, no venía el autor como en años anteriores. Aún así, buenos tiros le dio a Felipe González, a la hipocresía del Carnaval, o la propia clase política. La mejor pieza de esta agrupación sin duda.

Pinchan sin embargo en los cuplés, lo que quizás le impidió subir del 1º accesit en el concurso. Aún así no son malos. A destacar el homenaje a las macocas que cantaron en la final. El estribillo quizás es la pieza más floja del repertorio: "El PICHA es de Cádiz, y asquí hay que mamar", rezaba.

Extra de poca vergüenza en el popurrí, donde dan cuenta de su programa electoral. El grupo se amolda perfectamente a lo que le pide el tipo. Todo el año estarán de vacaciones y con respecto al problema de las drogas "Drogas no, ni na". El grupo está por encima de la letra, que no termina de hacer reír, aunque sea muy ácida. La selección musical tampoco está a la altura de otras agrupaciones del autor.

Vota PICHA no es la mejor chirigota de Aragón, pero aún así se coló en la final y quizás podría haber aspirado a un puesto mejor. Por suerte, este año volvió ese estilo de chirigota único, desvergonzado y crítico.

sábado, 25 de junio de 2011

Al compás de mi cepillo

Retomamos la senda de este blog con un primer premio de comparsas. De la mano de Manuel Prada Durán y el grupo de la Peña Nuestra Andalucía, con el Purri a la cabeza, Al compás de mi cepillo trae uno de los tipos más originales y brillantes de cuantos han salido en Carnaval: van, simplemente de betuneros.

La presentación tiene un ritmo muy rápido, con sones de María la Portuguesa, y otros propios de gran calidad. "Así es mi vía, porque desde chiquillo llevo con alegría mi caja y mi cepillo". Una pieza con muy pocos peros esta primera.

Siguen las muestras de buena afinación en los pasodobles, también con muy buen ritmo. Tiene cierto tinte añejo la agrupación, pero también detalles novedosos. Le cantan a los niños desaparecidos, a la dignidad de su oficio o a su caja de cepillos. Muy bien de letras, y sobre todo muy al tipo los pasodobles.

También utilizan las bromas de los limpiabotas en los cuplés que, pese a ser de comparsa tienen cierta gracia. El estribillo no es tan especial como los que se habían escuchado años atrás: "Vístete de piconera y vente conmigo niña pa cantar, pa bailar, al compás, porque estamos en Carnaval".

Pero, la pieza fuerte de estos betuneros llega en el popurrí. Quizás algo por debajo del resto en cuanto a músicas, pero con letras muy reivindicativas. El tipo es tan magnífico que da mucho juego. "Pa cantarte lo bueno y lo malo, el betunero llegó". Van narrando, con un gusto exquisito, su trabajo diario por Cádiz.

Para la historia quedó la cuarteta en la que aleccionan a los comparsitas que ese año no participaron en el concurso (Antonio Martín, Quiñones, Pedro Romero, Enrique Villegas). "Hay que estar aquí, qué importan los premios cuando espera un pueblo de brazos abiertos". Una cuarteta valiente inconcebible hoy día.

Comparsa de primer nivel que sin embargó no logró superar en el tiempo a la archiconocida España la Nueva. Una agrupación que, aunque faltaran muchos rivales ese 1988, se llevó un merecido primer premio.