Retomamos la senda de este blog con un primer premio de comparsas. De la mano de Manuel Prada Durán y el grupo de la Peña Nuestra Andalucía, con el Purri a la cabeza, Al compás de mi cepillo trae uno de los tipos más originales y brillantes de cuantos han salido en Carnaval: van, simplemente de betuneros.
La presentación tiene un ritmo muy rápido, con sones de María la Portuguesa, y otros propios de gran calidad. "Así es mi vía, porque desde chiquillo llevo con alegría mi caja y mi cepillo". Una pieza con muy pocos peros esta primera.
Siguen las muestras de buena afinación en los pasodobles, también con muy buen ritmo. Tiene cierto tinte añejo la agrupación, pero también detalles novedosos. Le cantan a los niños desaparecidos, a la dignidad de su oficio o a su caja de cepillos. Muy bien de letras, y sobre todo muy al tipo los pasodobles.
También utilizan las bromas de los limpiabotas en los cuplés que, pese a ser de comparsa tienen cierta gracia. El estribillo no es tan especial como los que se habían escuchado años atrás: "Vístete de piconera y vente conmigo niña pa cantar, pa bailar, al compás, porque estamos en Carnaval".
Pero, la pieza fuerte de estos betuneros llega en el popurrí. Quizás algo por debajo del resto en cuanto a músicas, pero con letras muy reivindicativas. El tipo es tan magnífico que da mucho juego. "Pa cantarte lo bueno y lo malo, el betunero llegó". Van narrando, con un gusto exquisito, su trabajo diario por Cádiz.
Para la historia quedó la cuarteta en la que aleccionan a los comparsitas que ese año no participaron en el concurso (Antonio Martín, Quiñones, Pedro Romero, Enrique Villegas). "Hay que estar aquí, qué importan los premios cuando espera un pueblo de brazos abiertos". Una cuarteta valiente inconcebible hoy día.
Comparsa de primer nivel que sin embargó no logró superar en el tiempo a la archiconocida España la Nueva. Una agrupación que, aunque faltaran muchos rivales ese 1988, se llevó un merecido primer premio.
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