Hasta el Teatro Falla llegaba anoche la chirigota de Sanlúcar
de Barrameda con autoría de Jaime Fernández de la Puente. Los mismos que en
2009 sorprendieron con 'Los Taranto Raptors', que se colaron en cuartos. En
esta ocasión, nos llegan de hombres lobos modernitos, con una puesta en escena
muy sencilla pero al tiempo efectista.
Música animada, por rumba, en la presentación. Utilizan el
bajo eléctrico, instrumento ya universalizado en las agrupaciones. No tiene
muchos puntos la primera pieza, pero la interpretan con arte, coreografía
incluida. "Hemos cruzado toda España, pasando por la Rioja y cuando me ven
las patillas, se creen que soy la Pantoja".
Van a más en los pasodobles, con música de corte viñero, de
los que quedan poco. La afinación es aceptable, pero no llega a ser buena. Le cantan
a esas coplillas añejas de su infancia. El segundo lo dedican, curiosamente, a
los juegos de los niños, reivindicando que quiten los carteles de "prohibido
jugar" de las calles y las plazas. Original y bien llevado.
Los cuplés de estos lobitos, que el año pasado finalizaron
en el puesto 37º con 'Los supervivientes del vaporcito', son normalitos. A los
tatuajes de su prima Conchi, que le gustan mucho a su novio Catalán. Mejor el
segundo, a los deshaucios con remate para su suegra. En el estribillo, proclama
antigobierno: "Rajoy, que bocao te vamos a pegar".
Siguen bajando el nivel en el popurrí, con poquitos golpes,
pero al menos animado musicalmente y también con coreografías. Cuentan sus
experiencias como hombres lobo. Les mordió Paul Naschy (presente en el forillo)
en una casa del terror.
Pese a la falta de humor, es una chirigota simpática, que
tiene sus opciones para volver a lograr el pase a cuartos. Aunque no lo tendrán
nada fácil.
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