Un año más, regresa el coro de Paco Mora a las tablas del
Falla, este año sin la colaboración de Pepe Mata en la autoría. Y lo hace con
un toque muy flamenco. La presentación arranca con un cante en solitario muy
conseguido. Representan a las calles de Cádiz: "Yo soy la calle, mi
hermana la plaza, que no tengo mares tan sólo murallas" dicen en una
presentación que cantan a pie.
Tango clásico musicalmente, cantado con mucha fuerza. La
afinación está por encima durante todo el repertorio, muy conseguida. Le cantan
el primero a los males de Cádiz y a aquellos que se los causan. El segundo, menos
certero, a las madres en general, personalizada en una abuela que tiene que
volver a cuidar de sus hijos y sus nietos por la crisis.
Mantienen el nivel en los cuplés, a la Teo y al Cádiz, mejor
que el primero. Vuelve el flamenco en el estribillo, bastante agradable: "callecitas
que estarán aquí cuando me vaya, como tus murallas, siempre junto al mar"
dicen en él.
El popurrí mantiene coherencia con el resto del repertorio. El
juego flamenco logra ser original pese a ser un tema algo manido, para ello
utilizan el recursos del individualismo. Musicalmente, es una pieza muy bella
(utilizan la del pasodoble de El Titiritero en una cuarteta). Y también tiene
cierto contenido. Hablan de las calles y los barrios de Cádiz, comentando la
problemática de cada uno. "La Viña sigue marginada desde hace muchos
años".
Buen coro el de Paco Mora, al que la falta de originalidad
del tipo le puede impedir volver a la fase de semifinales tras varios años sin
lograr el pase. En cuartos sí deben estar.
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