Resulta indudable que una de las
características de esta edición del COAC es el buen nivel en la modalidad de
comparsa, incluido entre las hipotéticas aspirantes a la gran final. Por
considerarla la más completa de cuantas han participado, que no ha de coincidir
necesariamente con la favorita, apostamos por Los del piso de abajo como candidata fija a la final.
Tras un año de ausencia en el
concurso, el nivel de exigencia iba a ser alto, y lo ha cumplido con creces.
Jesús Bienvenido regresó al Falla con un tipo que, a priori, puede resultar
manido en carnaval; pero consiguió darle ese sello personal que ha hecho
olvidar esa cuestión. Demonios con aires rockeros. Tras esta simple descripción aguardan infinidad de
detalles en un tipo que bien podría optar a La Aguja de Oro.
“Solo soy un ciudadano al que
ataron sus manos con una cadena y arrastro una pena por vender mi alma”. Entre
llamas y el sonido de guitarras eléctricas, a las puertas del infierno, dan
paso a la presentación donde afirman que son diablos, no traviesos ni
gamberros, sino “malos malos”. La música, como a lo largo de todo el
repertorio, es magistral; y el conjunto de voces, perfecto.
Desde escuchar por primera vez “Un
alto en el camino” en preliminares consiguen grabar en el espectador una
melodía de pasodoble sublime. Nos han deleitado con letras duras a la política o reivindicativas “un pueblo sin cultura es la sepultura para el progreso” en
defensa de la educación pública. Otra pequeña joya fue el dedicado a sus hijos “para ella esta es la
mejor comparsa, porque aquí canta su padre”. Precioso.
Cuplés con altibajos aunque bien
en líneas generales. Eso sí, intachable interpretación la de estos diablos
satirones. El estribillo, como suele ser
habitual en esta comparsa, con su coletilla final para ser coreada por el público.
Terminan con un popurrí muy
completo, de alto contenido y variedad musical exponiendo que “un pobre diablo
podría ser cualquiera”. No defraudan estos diablos en su regreso a las tablas con la que puede ser su comparsa "menos achirigotada".
Aún costando caro el pase a la final y, finalmente, sin penalización alguna, será muy difícil que se les escape. Y ya
veremos si no consiguen subir desde el piso de abajo a lo más alto.