Un año más, y ya van más de 25, vuelve la chirigota del
Sheriff al concurso. Y lo hace con un tipo de curas confesores y sus respectivas
señoras con mucho que confesar. Una idea que nos recuerda, sólo en el concepto
eclesiástico, a aquellos maravillosos Aleluya.
Muy conseguida la puesta en escena, utilizando los sillones
de La Voz, como habitáculo del confesor. La caracterización de las señoras, con
Lulu al frente, es genial.
La presentación, sin embargo, comienza sin muchos golpes de
humor. La salva la musicalidad y la interpretación del grupo, que estará por
encima del repertorio en todo momento. "Con el paro y la crisis puñetera
esto va a explotar por algún lado, que Dios nos coja confesados", finalizan
en la primera pieza.
Van a más con la llegada del pasodoble, musicalmente añejo,
con pelllizco. Una melodía muy cuidada que contienen buenas letras. Le cantan a
Cádiz, a la crisis, a los banqueros o a la iglesia, desde enfoques originales
siempre. Se nota menos la voz del Gatica este año.
En los cuplés comienza la poca vergüenza y el show de
Sheriff y Lulu, con una parodia previa que es incluso mejor que la propia
pieza. En cuartos de final dedicaron sus dos cuplés a Avelina (Lulu), jugando
con Los del Piso de Abajo y a un rumano. Mejor sin duda el estribillo: "No
veas como ha cambiado la Iglesia en estos días, en el portal de Belén sin mula
ni buey, los Reyes Magos son de Andalucía. ¿Y quién da las hostias?. La Policía".
En el popurrí, con anécdotas propias de la confesión,
continúa el ritmo frenético típico del autor, con varios puntos conseguidos y
otros que vuelven a salvar las interpretaciones. Transmiten alegría y diversión,
por lo que la percepción final es de ser una gran popurrí.
Sube un puntito el nivel la chirigota del Sheriff, pero si
atendemos a las piezas más importantes, vemos que están lejos de las favoritas
a los premios. Aún así, otra gran chirigota de Juan Manuel Braza Benítez.
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