Volvió al Falla la comparsa de Jerez. Este año Luis Ripoll le da un giro a su agrupación y se centra en el espíritu de finales de los 60 y principio de los 70. Sobria puesta en escena para los antiguos Bulerías, que siempre traen un producto de calidad al concurso.
La presentación tiene mucho ritmo, jugando con las luces. Pero esta comparsa tiene mucho de gaditana también. "Hoy queremos cantar a las viejas leyendas de los setenta, compañeros que fueron en este guerra". Pasa entonces la presentación a un estilo más clásico. La primera pieza está muy bien musicalmente y bien ejecutada, solo le falta algo más de literatura.
Canta con fuerza, como es habitual en esta agrupación jerezana, la tanda de pasodobles. Le dedican el primero a los gaditanos en ruina, y les anima a levantarse. Como el año anterior, la parte del trio es simplemente espectacular. El segundo va cantado al sufrimiento de una madre a la que le quitaron su hijo de pequeño. Buena letra también.
Baja el listón en los cuplés, con más intención que puntería en los chistes y con un estribillo que no se sale de la normalidad pero que recuerda al estilo flamenco de estos jerezanos: "mira como suena el compás de Cádiz, mira como suena". La música del cuplé tiene unos toques de música setentera que le da una apariencia distinta a lo habitual.
En el popurrí se quita el forillo, que es sustituido por imágenes de la fecha que quieren representar. El popurrí es ameno, formado a base de músicas y letras dedicadas a ese pasado guerrillero de generaciones anteriores. "Nuestra música, hecha canción, derribó multitud de barreras". La interpretación sigue siendo el punto fuerte de la comparsa.
Pocos peros tiene Esto me Suena, quizás le haga falta un punto más de originalidad para entrar en la batalla por los puestos altos del concurso. Aún así, la comparsa de Jerez se supera, y de seguro volverá a cantar en este concurso.
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