Este año, la chirigota de Sevilla ha vuelto a tocar techo con 'Los Niños Cantores de viena o manolete', consolidándose como una de las mejores chirigotas de la actualidad. Sin embargo, esta agrupación siempre ha tenido a gala el hecho de haber sido una comparsa en su día. Así ocurrió en el año 2005, justo uno antes de hacer historia con 'Esto es pa Verlo'.
La letra corría a cargo de Manuel Álvarez Seda, un referente ya en el mundo de la chirigotas y la música a cargo de Antonio Alvarado. La base del grupo, también es la misma que representó en el Falla a esos gitanitos amigos de Don Bosco hace apenas unas semanas.
El Peaje es el que hay que pagar cuando se acaba nuestra vida, pero también el que hay que pasar para llegar hasta Cádiz. Buena puesta en escena, muy metafórico el tipo. Y así lo es también la presentación, con mucho doble sentido pero desde un punto de vista crítico. La letra está un poco por encima del grupo y la música, aunque no le falta ritmo.
Pinchan más en los pasodobles, con una música exquisita que han extendido los Alvarado a tantas agrupaciones sevillanas, pero que no está a la altura de las mejores. Tampoco la afinación del grupo. Le cantan a Andalucía, a los peajes de este mundo o a la iglesia, todos muy críticos, pero no muy duros.
Los cuplés normalitos, muy lejos de los que en años posteriores sacarán estos autores. El estribillo es muy dulce, muy cantado: "no tengo miedo a la muerte, tengo miedo de perderte porque aquí estoy en la gloria".
El popurrí es su pieza más fuerte, que sigue jugando con el tipo. También de corte crítico y con algún que otro toque de humor. Musicalmente, tiene partes muy buenas y otras no tanto. Y la interpretación, mejor que el resto del repertorio. El popurrí si está a la altura de las comparsas punteras.
Buena comparsa por lo general la de Sevilla, a la que le faltó algo más de mordiente en la interpretación para superar la ronde de preliminares. El grupo canta muy bien ahora que es una chirigota, pero en la modalidad de comparsas mostraba ciertas carencias. A pesar de que es una comparsa muy aceptable la de El Peaje, acertaron sin duda en cambiar a chirigotas, a la vista están los resultados.
La letra corría a cargo de Manuel Álvarez Seda, un referente ya en el mundo de la chirigotas y la música a cargo de Antonio Alvarado. La base del grupo, también es la misma que representó en el Falla a esos gitanitos amigos de Don Bosco hace apenas unas semanas.
El Peaje es el que hay que pagar cuando se acaba nuestra vida, pero también el que hay que pasar para llegar hasta Cádiz. Buena puesta en escena, muy metafórico el tipo. Y así lo es también la presentación, con mucho doble sentido pero desde un punto de vista crítico. La letra está un poco por encima del grupo y la música, aunque no le falta ritmo.
Pinchan más en los pasodobles, con una música exquisita que han extendido los Alvarado a tantas agrupaciones sevillanas, pero que no está a la altura de las mejores. Tampoco la afinación del grupo. Le cantan a Andalucía, a los peajes de este mundo o a la iglesia, todos muy críticos, pero no muy duros.
Los cuplés normalitos, muy lejos de los que en años posteriores sacarán estos autores. El estribillo es muy dulce, muy cantado: "no tengo miedo a la muerte, tengo miedo de perderte porque aquí estoy en la gloria".
El popurrí es su pieza más fuerte, que sigue jugando con el tipo. También de corte crítico y con algún que otro toque de humor. Musicalmente, tiene partes muy buenas y otras no tanto. Y la interpretación, mejor que el resto del repertorio. El popurrí si está a la altura de las comparsas punteras.
Buena comparsa por lo general la de Sevilla, a la que le faltó algo más de mordiente en la interpretación para superar la ronde de preliminares. El grupo canta muy bien ahora que es una chirigota, pero en la modalidad de comparsas mostraba ciertas carencias. A pesar de que es una comparsa muy aceptable la de El Peaje, acertaron sin duda en cambiar a chirigotas, a la vista están los resultados.
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