viernes, 27 de agosto de 2010

Las Gallinas corraleras

Acorraladas, Acurrucadas en un Corral Corriente. Ahora dilo tú correctamente. Así se completa el nombre de una chirigota con la que el Canijo debió pisar por primera vez una final del Falla, y no tener que esperar a que sus espermatozoides se tiñeran de gaditano. A pesar del ingenio que demostraron estas gallinas corraleras en las tablas, ganándose el calor del público, y del nivel medio que presentó la modalidad en 2002, la chirigota de Carmona no pudo colarse en una final de cinco.

Aunque sin los acordes de Tino Tovar, la presentación tiene una gran variedad musical, muy bien complementada con la letra, en la que ya se hacía referencia a los kilos del Canijo, que es el único gallo entre todas las gallinas. Un pollo que “está muy bueno, porque es un pollo relleno”. Como es habitual en este autor, todo en la chirigota está relacionado con el tipo. Un tipo por cierto bastante original, aunque sin el presupuesto que tienen las agrupaciones de hoy día.

El pasodoble pierde algo de calidad musicalmente (hay una gran diferencia con las voces que cantan ahora las letras del Canijo), pero las letras son sentidas, críticas y de bastante nivel. La que le canta a su mujer o al orgullo de “ser un cateto de pueblo”, son las más destacadas.

Pero sin duda, la pieza fuerte de estas gallinas amotinadas, que cacarean y ponen huevos, es el cuplé. Con música muy rockera, el ingenio del Canijo sale a reducir en cada letra. La dedicada a Ángel Subiela, “porque él lo vale”, es una de las más desternillantes. El cuplé es una maravilla que termina con otra carcajada en el estribillo: “no tocarnos los huevos, no seáis más cochinos, Avecrén, asesino”.

En el popurrí, las gallinas vuelven a rebelarse contra Magic y contra aquellos que le echan pollo al puchero. Cada cuarteta, al tipo, levanta el aplauso del respetable. Al final, consiguen romper la alambrada de su granja y quedar libres “como el Kiko sin equipo y con la carta de libertad” o “el Bin Laden en Afganistán”.

La última cuarteta, como no puede ser de otro modo en el de Carmona, a Cádiz y al Carnaval. “Contigo aprendí a reír cuando no tengo dinero y a llorar cuando te estoy cantando a ti”. Un cajonazo sin duda esta chirigota, que si hubiera pisado el Falla con el grupo que tiene hoy día, de seguro se hubiera colado en la final (el concurso no era tan abierto entonces como ahora).


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