lunes, 24 de diciembre de 2012

Los Tontos de capirote



El Carnaval de 1986 será recordado por el cajonazo a Los Cubatas. Pero ese mismo año una chirigota protagonizó una polémica muy llamativa. Con letra y música del periodista Javier Osuna, Los Tontos de Capirote, debido a la ironía del tipo, fue censurada en la radio y ocasionó malestar en el bando más religioso de Cádiz.

Como el propio autor argumenta en su libro 'El periodismo en tiempos de Carnaval', la Cadena COPE había anunciado ya que no permitiría la retransmisión de una agrupación que se mofaba de la religión. Tanto es así que durante su actuación un "fallo técnico" permitió censurar a la chirigota, a la postre finalista, logrando un tercer premio.

En su pase de preliminares, incluso, un fuerte dispositivo policial rodeó el Teatro Falla y los asistentes tenían que enseñar sus pertenencias a la Policía, ante el rumor de que cierto sector del público lanzaría tomates y otros artículos a la agrupación.

Con un disfraz sencillo, el primer pasodoble de la final lo dedican al propio cajonazo de Los Cubatas. El grupo no canta excesivamente bien, pero lo atrevido del tipo (por aquellas época) era suficiente. El segundo es para la gaditana, muy irónico también. Musicalmente, es curioso que se toque el pito antes del trío.

Según narra y demuestra el propio Osuna en el citado libro, un miembro del PP propuso a Carlos Díaz durante un Pleno del Ayuntamiento impedir que la agrupación pasara a la final, instándole a meter mano en el jurado. El acta de dicho pleno lo corrobora.

"Si nos gustan las navidades somos tontos de nacimiento, y tontos de capirote si por abril nos gusta el incienso", dice el estribillo, con el que engarzan cuplés normalitos, pero con la misma carga de ironía que en el resto del repertorio. El segundo, en el que comparan a la Iglesia con una multinacional, también suscitó quejas por parte del consejo de cofradías de la ciudad.

En lo que respecta al popurrí, es una crítica continua a los personajes que rodean a la Semana Santa y a la Iglesia en general, "arriba, abajo, estos curas viven del carajo" dicen en él.

Una chirigota que a pocos dejó indiferente y que causó quebraderos de cabeza al poder. El hecho de que coincidiera con uno de los mayores cajonazos de la historia, le condenó al olvido con el paso de los años. Pero Los Tontos de Capirote no tienen desperdicio.  

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