martes, 25 de octubre de 2011

El Golfo de Cádiz

Por estar de rabiosa actualidad debido a la expectación que ha creado y que seguirá creando con su antología, repasamos hoy una de las agrupaciones de Juan Carlos Aragón que menos tirón comercial tuvieron, durante el concurso y fuera de él. El autor acababa de sufrir su mayor cajonazo con Los Inmortales y, para 2005, cambió algo su estilo: más bohemio, menos agresivo. Frente a quienes decían que los vampiros "chillaban demasiado", en El Golfo, está todo muy cantado, siendo una comparsa muy gaditana.

Tan gaditana que van de lo que tantos gaditanos han ido en Carnaval: Marineros, en una taberna en el muelle. En el grupo, uno de los más compactos que ha tenido Juan Carlos, gente como el Bubu, Antoñito, El Buho a la guitarra, además de los Salvi, Bohórquez, Pellejo, Berea, que ya venían de Los Inmortales.

Se trata de una comparsa elegante, en la que los pasodobles no hicieron tanta mella como su presentación y popurrí. Por lo general, y con el paso de los años, esta agrupación es más recordada por su musicalidad que por sus letras, algo inusual en el autor.

"A Cádiz viene a robarle un día, y ella fue quién me robó, la vía", reza la presentación. Recibió el grupo el apoyo de Alejandro Sanz, ese año pregonero del Carnaval. Sin embargo, ni la perfecta afinación, ni el sublime toque flamenco de la comparsa, sirvieron para subir del quinto puesto en la clasificación final, un puesto totalmente inmerecido, a lo que se acabará acostumbrando Juan Carlos.

Curioso el pasodoble en el que alardea la vuelta de Antonio Martín, al que ahora no le tiene la misma estima. Y el crítico con la iglesia, en defensa del matrimonio homosexual. Los pasodobles son menos filosóficos, pero más poéticos que en años posteriores.

Los cuplés, a un nivel más que aceptable, con muy buenos puntos algunos. Aunque quizás, la mejor joya que nos deja la comparsa es su simple estribillo: "Parece mentira que yo, con to lo golfo que he sio, niña de mi corazón, en tus redes he caío".

Una comparsa que no pasará a la historia y, para muchos de sus fans, la peor que ha sacado Juan Carlos. Sin embargo, ello no quita que esté algún escalón por encima de otras comparsas que obtuvieron un mayor premio allá por el 2005.

martes, 18 de octubre de 2011

Los Cabezas

Conocido ya el nombre del Canijo de Carmona para 2012, 'Locos por la roja', pasamos a recordar una de sus chirigotas más desconocidas y al tiempo más premiadas. Con el antiguo grupo de Carmona, al que tantas finales merecidas se les negó, Antonio Pedro Serrano acudía al Falla en el año 2000 con un tipo de cabezudos niños que, por su propio aspecto físico, ya se ganan el mote de por vida.

Arrancan la presentación recordando su infancia allá por los ochenta. "Supercoco me enseñó qué era arriba y qué era abajo, y dentro del cuarto baño lo pasaba del carajo". Buena selección musical, y bastante gracia. El grupo, a años luz del actual, en voces que no en interpretación.

Los Cabezas arrasaron en todos los concursos regionales (primeros en Huelva, Alcalá, Écija, Camrona, etc) y en Cádiz se quedaron a solo dos puestos de pisar final. Gran parte de este éxito se lo llevan los pasodobles, con músicas distintas en cada pase, y con la inconfundible pluma del Canijo. A la juventud, con bastante ironía, o al tópico de lo andaluz.

Apenas se mantienen en pie antes de cantar los cuplés, les pesa demasiado la cabeza. Los cuplés, normalitos por lo general, pero con una buena música. El estribillo tiene un toque rebelde que ha ido perdiendo el autor con el paso de los años. "Deja ya los porros, deja los petardos, que te gusta el chocolate más que al niño de Rivaldo". Sensacional.

El popurrí es la mejor pieza del repertorio. Muchas músicas conocidas. mucho ritmo y mucho arte en sus componentes. Un niñato les dijo cabeza, corrieron detrás de él, pero se metió en una calle estrecha y allí se quedaron atascados. La última cuarteta, bonita, como siempre.

Buena chirigota, a la altura de la final de aquel año. Pero, como se demostró años más tarde, el no contar con un grupo de Cádiz les cerró las puertas. Por suerte, las cosas han cambiado en el concurso.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Las viejas glorias

Se critica mucho a Manolito Santander últimamente. Que si está muy quemado, que si su chirigota ya no tiene gracia, que debería retirarse, etc. Puede que sea cierto, y que ya no tenga una pluma a la altura del concurso, pero no por ello podemos olvidar todo lo que este chirigotero ha aportado al carnaval. Este año todo apunta a que no sacará su chirigota, puesto que el grueso de su agrupación se ha ido con otros autores. Para que no caiga en el olvido, le hacemos un pequeño homenaje con esta agrupación.

De veteranos de guerra venidos a menos van estos chirigoteros, comandados por una vieja enfermera. Realmente es un grupo muy veterano, pese a ser de las primeras chirigotas que escribió el autor allá por el año 1996. La presentación, con el típico ritmo de esta chirigota, tiene más arte que gracia, es poco original.

Mejoran en los pasodobles, con la excelente música de Manuel Prada Durán. A los requisitos para ser ninfa o al conflicto de astilleros. Los defienden muy bien, pero las letras tampoco son muy certeras. Tampoco remontan en los cuplés, flojillos. El ritmo musical es muy lento, y eso les perjudica. "tengo miedo dios mío, no siento las piernas, esto es un infierno. No reírse joé, no veís que me estoy muriendo" reza el estribillo, muy bien interpretado.

A mejor en el popurrí, con muy buena selección musical. Tienen buenos golpes, siempre con el sello inconfundible y surrealista de Santander. Magnífica la cuarteta en la que la enfermera pierde su virginidad, desde entonces no va al Rocío "porque el polvo que yo echo en las carretas, no me deja ver el camino". Poca vergüenza, como es obvio de gente con tantas tablas, les sobra.

No pasaron de semifinales, pero es una chirigota entretenida, clásica, de las que sigue sacando el autor en la actualidad y que tan poco gustan ya. Un grano de tantos como ha Manuel Santander ha aportado al carnaval. Y no debemos olvidarlo.

lunes, 10 de octubre de 2011

Rebelión a bordo de la patera Mangoli

Aprovechamos que Antonio Martín ha dado a conocer en estos días el nombre de su comparsa para el 2012- Se acabó el cuento- para recordar un coro en el que contribuyó con la autoría de la música. Y es que las aportaciones de Martín al mundo del coro no han sido escasas.

En concreto, nos referimos al coro Rebelión a bordo de la patera Mangolí, nombre escogido por el coro de La Viña en 2005. Dirigidos por Jesús Monzón y con letra de la propia agrupación, estos coristas no consiguieron actuar más allá de las semifinales. Tras no pasar de preliminares el pasado febrero, volverán en 2012 con Los Señores de la Naturaleza, esta vez con letra de Enrique Villegas y Julio González y bajo la música de Carapalo y El habichuela.

Pero volvamos al 2005. Buena presentación, encaminada a hacer entender al público la idea que vienen representando. Muy buena puesta en escena con la que buscan homenajear a aquellos gaditanos que hicieron frente a los ingleses en el S. XVIII, desde sus “pateras” popularmente conocidas como Barcas cañoneras. Idea original, cada grupo representa una figura de la playa La Caleta, a saber: los músicos son la arena, los tenores el agua, los segundas el castillo y los bajos el cielo.

Tango al más puro estilo viñero. Variadas letras, aunque en preliminares se le cantó al 11M y el reconocimiento al tango de la Viña: “si este es el tango que yo he mamao, porque nació y está bautizao bañao en las aguas de la Caleta”, sorprendieron en semifinales con mejores piezas. Recordaron su infancia, rememorando a la Tía Norica y Batillo, muy bien recibida por el público; además de reivindicarse en contra de los chovinistas viñeros- “hay viñeros que tienen ideas equivocadas…” Además, siendo sevillana, no puedo sino destacar el homenaje que este grupo, con lo que representan, hicieron a Sevilla: “Este tango te lo dedico con toda el alma a ti, Sevilla”. Magnífica letra.

Simpática estructura la de los cuplés, aunque bajan del nivel mostrado en los tangos. Estribillo largo, que comienza con un pequeño trabalenguas para finalizar con los cánticos para que el Cádiz suba a primera. Interpretación mejorable, aunque hay que destacar que el estribillo lo cantan prácticamente remando.

Gran ritmo en el popurrí, donde intercalan cuartetas reivindicativas con algunas con puntos de humor. Forman un buen conjunto, y la interpretación mejora.


viernes, 7 de octubre de 2011

Los que curaron a los tres tristes tigres

Murió el Petra, y en este blog aún no se le había rendido ningún tipo de homenaje. Por ello repasamos hoy una chirigota que, pese a tener letra de Sánchez Reyes y música de Juan Carlos Aragón, cayó muy pronto en el olvido. Se trata de una de las últimas chirigotas en las que participó el histórico Petra, una agrupación que venía de alcanzar tres finales consecutivas con Los Veteranos del Vietnam, Los Golfus de Roma y Los Robinsones de la Isla.

Estos chirigoteros van de veterinarios, un tipo no muy original para emperezar. Con música de 'Amigo Félix', arranca la presentación, haciendo referencia a nombre de artistas con nombre de animales. Muy superior la música a la letra, el grupo, con el Gatica ese año en sus filas, suena muy bien. De risa, muy poca en esta primera pieza.

El pasodoble, de música sublime, está por encima del resto del repertorio. No estaría mal que Aragón lo incluyera en la antología que prepara para este último trimestre del año. Le cantan a la morralla que a veces se cuela en el Falla o a la diferencias entre las dos Cádiz, la de Puerta Tierra y la de exteriores. Certeras las letras, más bonitas que duras.

Los cuplés son flojos, no pasan de simpáticos, al igual que el estribillo. La buena interpretación, no obstante, ayuda mucho a provocar la sonrisa. A la fobia que les crea todo lo que suene a Marbella o a los hijos secretos de los famosos le cantan.

No remontan tampoco en el popurrí, donde narran lo que aprendieron cuando se hicieron veterinarios. Las gracias son algo manías, aunque tienen varios puntos surrealistas muy divertidos. "Le di la vuelta a la oca, y le faltaba el parchís". En 11º puesto finalizó esta chirigota, algo por encima quizás de lo que merecieron (Los hombres de goma o Los Reyes del Mando gustaron más al público del Falla).

lunes, 3 de octubre de 2011

Pregones

Hablamos en esta ocasión de una comparsa añeja, de esas que el pueblo ha rescatado sus coplas para que no quede en el olvido, de aquel tiempo donde el octavilla era absolutamente prescindible. Como autor, Pedro Romero; como grupo, el de la peña Nuestra Andalucía. Casi ná. Hablamos de Pregones, ganadora del COAC de 1981, por delante de comparsas de la talla de Los hijos de la noche o Charlatanes de feria.

Como declaró su autor por aquel entonces, el tipo estaba inspirado en “aquellos pregoneros gaditanos, que con su gracia, su ingenio y su arte, vendían sus mercancías, en cualquier esquina de esta ciudad rabiosamente desenfadada y alegre”.

Comienzan la presentación, canasto bajo el brazo, acompañados únicamente por las guitarras: “llevo mi pregón al viento, voy vendiendo fantasía, yo pregono la alegría en coplas de carnaval”. Caja y bombo hacen aparición para terminar con una declaración de amor a su tierra. El conjunto de Jesús Monzón suena magnífico, a pesar de no sonar ni de vez en cuando una octavillita.

Ritmo del más puro tres por cuatro en los pasodobles, donde las letras y voces brillan más que la música. Cantan al terrorismo “rechacemos el terrorismo y gritemos libertad, luchemos con energía, con honor y valentía, y gritar ¡queremos paz!” o la mujer que no puede tener hijos”no perdáis las esperanzas, ten completa confianza que al final vence el amor”. Magnífico el homenaje a Pericón de Cádiz y, lo más conocido de esta comparsa, el pasodoble de “Ole esos cargaores”, rescatado en la voz de Carli Brihuega, cuyo padre, Carlos, ocupaba el actual punta jurado en la agrupación.

Simpáticos cuplés, mejor en interpretación que en letra, aunque son bien recibidos por el respetable. El estribillo es muy alegre, termina y comienza a modo de pregón, que es coreado por el público: “que se entere Cai entero, yo pregono ¡carnaval!”.

Excelente juego de voces en el popurrí, con muchos cambios de ritmo. Van pregonando por los distintos rincones de Cádiz. El mentidero-“¡ay qué bonito, ay qué salero tienen los balcones del mentidero!”- , la plaza de la Cruz Verde- “sus 5 callecitas son 5 ríos azules hechos de sangre de las caballas”-, la Viña-“la cuna del comparsista”-, la plaza de San Martín o Santa María, donde se arrancan por alegrías. Da gusto escuchar al grupo. Ritmo frenético para terminar, con un rotundo “te quiero Cádiz”.

La senda de primeros premios de este grupo, solo interrumpida en el 77 por Los Mandingos (donde obtuvieron un 2º puesto, precisamente con Nuestra Andalucía), terminará al año siguiente con Los Califas (4ºpremio). Pasaron bajo la autoría de Martínez Ares en 1984 con Requiebro, pero no volverían a obtener el 1º hasta el 88 con Al compás de mi cepillo.