jueves, 21 de octubre de 2010

Los Mendas Lerendas

Por fín se ha conocido el nombre de la comparsa de Jesús Bienvenido para el 2011: Los Currelantes. Después de especulaciones sobre si los volveríamos a ver en las tablas el próximo Carnaval, el regreso de Fali Figuier, al fin se ha desvelado el misterio. Por ello me gustaría recordar-aunque no haya que esforzar mucho la memoria- la comparsa con la que sorprendió hace dos años.

Tras llevarse varios años sin pisar el Falla, Jesús Bienvenido decidió en 2008 regresar al teatro donde se había formando como carnavalero de la mano de Tino Tovar. Y de qué manera, directo a un segundo premio. Los Mendas Lerendas, una comparsa que por su estilo y música no dejó a nadie indiferente. Personalmente, no consideré que fueran a llegar a la final- cosa que los dos años siguientes sí hice- y menos que se quedaran a sólo dos puntos de La comparsa de Momo (que contaba, bajo mi punto de vista, con mejores letra y música). Aún así, el público estuvo desde primera hora con ellos.

A ritmo de caja y bombo comienza la presentación, que ya viene anunciando la frescura y nuevos aires que estos comparsistas traían al concurso. “Yo soy el menda lerenda de la bahía, el hijo predilecto de la alegría”. Con Dani Obregón ondeando su bandera, irrumpían a cantar con una afinación exquisita y un ritmo que hacía contagiar su alegría al respetable. Locos entrañables a quienes el levante arrebató su cordura, con un tipo muy cuidado que les valió para ser premiados con ‘La Aguja de Oro’.

Los pasodobles son una delicia de letras, música y voces. Muy bien escritos, tocando algunos temas comprometidos en los que dejan clara su postura. Me pareció precioso “No se me olvidará nunca”, donde recuerdan sus raíces carnavaleras. Simpáticos cuplés, con un aire al que la modalidad no nos tiene acostumbrados. Muy buena interpretación, con un estribillo que la gente corea: “Mi menda dice lo que piensa, no tengo na que perder… y no me calla ni el rey”.

El popurrí es una maravilla musicalmente, con cuartetas pegadizas y gran variedad de instrumentos. “Que tengo un corazón blando tras esta cara tan dura”. La verdad es que el conjunto de voces es precioso. El aire desenfadado y los ritmos, a veces chirigoteros, acompañan hasta el final de la actuación, que terminan brindando por Cádiz.

Sin duda fue la ‘comparsa revelación’ de aquel año, aunque no menos espectacular ha sido su evolución: mientras que por entonces se lamentaban en algunos festivales de no tener “temas de otros años”, a día de hoy cuentan con tres finales consecutivas y conciertos en solitario. Veremos con qué nos sorprenden el próximo concurso.



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