lunes, 15 de noviembre de 2010

La Señora

Buceando en el mundo de los mayores cajonazos del Carnaval, entre los que hallé nombres conocidos como La Milagrosa o Caleta, me llamó la atención una comparsa, más que por las veces que aparecía en las quinielas, por quién era su autor y el nombre de la misma, que nunca antes lo había escuchado. Hablo de la comparsa La Señora.

Con música de Enrique Villegas y letra de Francisco Villegas y Jose Luis Bustelo, esta comparsa no presenció la final del año 1991 sobre las tablas del Falla. Cajonazo importante, aunque vista la final de aquel año- que ganó Encajebolillos, por delante de Calabazas, Anónimo Gaditano y Con sal y pimienta- tiene mérito como la que más.

Comienzan la presentación cantando de espaldas al público, mirando hacia una gigantesca señora a la que piden” les tienda su mano para que vuelvan a casa”. La estética del tipo recuerda a Soldaditos mezclado con A fuego vivo. Bonito juego de voces para terminar, no es para menos dado el grupo que aparecía en escena: un jovencísimo Ramoni, Fali Mosquera, Caramé… Sería el último año de consolidación del grupo, puesto que al año siguiente se repartirían en tres comparsas diferentes: la mayoría figuraría con Quiñones en Suspiros de Cai, por otra parte en Oye mi canto de Bustelo, además de en La fragata, de los hermanos Alcántara.

Pasodobles sencillos, donde el peso recae en la letra y no en la música, digna de mención por supuesto. En las voces distinguimos dos grupos bien diferenciados, aunque ya se puede oír al Ramoni prestando atención. A destacar “Ojalá fuera más fácil”, dedicado a su compañera ‘que no te sientas perdía si los años ya te acosan, tus canas son mis amigas, pa mí siempre serás hermosa’. Precioso pasodoble muy aplaudido por el respetable.

Cuplés de comparsa, aunque andan bien de interpretación. Estribillo muy alegre con compases de palmas incluido, casi más extenso que el propio cuplé, donde terminan con la invitación de “engánchate a la vida querido amigo”.

“Se me cruzó de frente la señora y no miré que el día se me quedó sin hora”. El conjunto de voces destaca con respecto al resto de la actuación en el popurrí, alternando músicas acompasadas con otras más originales. “Jamás podrá mandarme a mí porque mi dueña es la copla”. “Maldito aquel que agacha la cabeza por dinero”, con esta crítica al Carnaval termina la actuación, final algo plano, pero compensado por el resto del repertorio.


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