sábado, 10 de julio de 2010

La Ventolera

Tenía 27 años Antonio Martínez Ares cuando escribió esta comparsa. Antes hubo diez más con las que ‘El Niño coplero’ se hizo un sitio importante en el concurso gaditano, pero fue a partir de este año cuando los rivales empezaron a tenerle en cuenta de cara a la final. Su primer Primer premio el año anterior con Los Miserables y la reválida de La Ventolera lo convirtieron en uno de los autores más importantes.


En particular, mis conocimientos carnavalescos se iniciaron con esta comparsa, de ahí esta entrada. Una vieja cinta de VHS de la final del concurso de 1994 en la que se encontraba otra mítica agrupación, chirigota en este caso, como fue Las viudas de los bisabuelos del 55. A partir de entonces, la pasión por el carnaval fue en aumento.


Con tipo de veletas, un grupo de marineros en el cielo con farol en mano buscaban su particular barco que habían perdido y guiándose por el viento ansiaban encontrarlo. Laborioso vestuario bañado en bronce, muestra de la dureza y la robustez, rematado con los cuatro puntos cardinales que atravesaban a los componentes. Claro que al final pedían “por tu salud, déjame en el sur que allí sopla Cádiz lo que más quiero”.


Y es que hablar de Martínez Ares es hablar de Cádiz, su inspiración. Pero también es hablar de nostalgia mezclada con la actualidad. Pasodobles críticos con la Fiesta Nacional, la respuesta a su expulsión de la cofradía del Nazareno de Cádiz por su pasodoble al Papa un año antes o aquella historia de amor entre dos ancianos que se juraban amor eterno en la gaditana Plaza de España.


Había que demostrar que lo que pasó en 1993 no fue casualidad y lo hizo. De ahí en adelante todos conocemos la trayectoria del gran autor y compositor pero en mi corazón siempre recordaré que fue La Ventolera mi inspiración para que amase el Carnaval de Cádiz como lo amo, quizás por la similitud marinera de donde provengo.



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