sábado, 21 de agosto de 2010

Los Valientes

A gritos del público de “¡Vivan los novios”! comienzan estos valientes su repertorio. A las puertas de la Iglesia del Carmen, enchaquetados, con corbata hasta los pies, estos novios esperan la llegada de su novia, que se casan dentro de media hora. No falta el detalle del escudo del Cádiz, distintivo propio de la chirigota del Sheriff, sobre la solapa de la chaqueta.
Relatando la mañana del día de su boda comienzan la presentación. Casi se degollan al afeitarse, con sobredosis de valeriana, haciendo recuento de invitados…todo con muy buena interpretación, mostrando los nervios propios de la cita. “Que se entere el mundo entero que me caso enamorao…y que en la farmacia del love venden condones picaos”. Con esta maravilla de afinación, letra y voces, ¿qué novia iba a resistírseles?

La música cobra protagonismo en los pasodobles, que son una obra de arte. Alternan en los pases un pasodoble emotivo con uno de crítica. Todos cantados con un sentimiento y una fuerza que no deja sitio a desafinaciones. Merece especial mención “Loquito por verte a mi vera”, cantado en preliminares, donde expresan su amor por su novia: “que tan solo con mirarla, va robando corazones”; o bien “Como el que recoge” donde reclaman el derecho sobre los hijos de un padre separado. Similar temática a la de otro pasodoble cantado anteriormente en la final, en voz de Las Estaciones. Muy buenos cuplés, donde la interactuación con el público no falta. El estribillo quizá algo más flojo, aunque es coreado por el respetable “y que nadie se vaya cuando corte la corbata”.

“Miro el reloj y todavía no ha llegao”...comienzan el popurrí lamentándose porque la novia aún no ha aparecido. Derrochan simpatía, pese a que se llegan a tocar temas tópicos, como la pérdida de los anillos, sin duda es la pieza clave del repertorio. No falta la tradicional pelea de los novios a la hora de elegir invitados, tampoco la guerra de arroz, el toque a su suegra, a la que quieren mucho, pero “que cumpla uno más”… Terminan con una cuarteta de esas que el vello levanta, “que repiquen las campanas, que viene la niña que me ha robado el corazón”...una preciosidad. Al final llega su novia, se abren las puertas de la iglesia, y con el redoble de campanas se cierra el telón. Merecido tercer premio, por detrás de “Lo que diga mi mujer” y “No somos nadie”, estos valientes hicieron justicia a su nombre.


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